
A finales del siglo XVIII es cuando surge la botella cilíndrica tal y como la conocemos hoy en día. Este tipo de botella aportaba, además de mayor resistencia, la posibilidad de que pudiese ser colocada en posición horizontal, lo que facilitaba su almacenamiento y también su conservación al mantener el corcho siempre húmedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario