lunes, 19 de marzo de 2012

Pepe Solla, en compañía de algunos de los máximos exponentes de la cocina de vanguardia, analiza las tendencias enológico-gastronómicas de evolución.

Pepe Solla, candidato al III premio Millesime 2012 que le acredita como uno de los máximos representantes de la cocina de vanguardia española, en compañía de algunos de los más representativos cocineros del prolífico Grupo Nove, nos hablan de la nueva tendencia vinícola internacional personificando en los vinos DO Valdeorras.

En el vídeo que acompaña a este artículo, todos los amantes del vino y la gastronomía podrán conocer de primera mano las opiniones de algunos de los más destacados representantes de la cocina de vanguardia española e internacional; tal y como afirman las estrella michelín de las que son acreedores la mayor parte de los interlocutores.

Como introducción a este vídeo, nos congratula presentar al que es calificado por muchos como “uno de los más importantes y prometedores chefs españoles del momento”, Pepe Solla. Al igual que se hará con el resto de participantes en el vídeo a lo largo de los próximos días, es nuestra intención rendir homenaje en el día de su santo a José “Pepe” Solla, presentando las cualidades que le acreditan como una eminencia en la nueva cocina de Vanguardia Internacional.


La solidez alcanzada en tan poco tiempo por Pepe Solla en la cocina, sólo es explicable por dos razones: porque lo lleva en la sangre y porque, cada año menos junior, buscó el perfeccionismo en tiempos de madurez personal resultando, que además del interés por la progresión de la cocina gallega -heredada del tipismo de sus padres-, el vástago que empezó como sumiller, tenía una mano y una cabeza para la comida bien combinada y bien hecha. Sello reservado únicamente para los escogidos.

Como resulta de que su compromiso con la causa está por encima de la codicia comprensible, Pepe ofrece al comensal acabados magistrales, pero, también, espacios generosos en su restaurante, Casa Solla, que ya ha cumplido 50 años al servicio de los amantes del buen comer. Tanto en el comedor minimalista y elegante, como en la sala de estar, confortable en el aperitivo o en la sobremesa. La madurez es generosa.

Así autodefine Pepe su relación con la cocina:

“...Y después de unas cuantas vueltas y otros tantos años, aquí estoy; desde que éramos pequeños nuestros padres nos sentaban en una escalera de piedra que comunica la cocina con otra zona del restaurante, nos daban la moña de una bolla de pan y les esperábamos mientras ellos trabajaban... ...les veíamos entrar y salir de la sala, los pucheros y las ollas humeaban, el ritmo era rápido, en ocasiones acelerado, mientras, nosotros nos entreteníamos comiendo el mollete, a veces nos quedábamos dormidos y después, cuando terminaban, nos subían a cama en brazos, casi ni nos despertábamos; otras veces nos acabábamos todo el mollete y nos daban otro más, aún no había llegado la hora de subir a casa, al final como siempre los párpados se nos caían, y la noche acababa, como de costumbre, en los brazos de nuestros padres; ...la historia se repetía todo el año, pero en invierno la escalera estaba helada y la cubrían con un mantel para que no nos enfriáramos, mientras el lagar de carbón calentaba todo el cuarto que ocupaba la cocina... No es una historia diferente que la que cuentan todos los que como yo, nacimos en medio de un restaurante familiar, y tras vivir esta infancia, la mitad se alejaron para siempre de él y la otra mitad; como se ve, yo pertenezco a esta segunda; volvimos a él como si formase parte de nosotros, ¿o será que somos nosotros parte de él?. Quien conozca mi carrera a lo largo de los últimos catorce años así lo habrá visto, yo empecé a formar parte de la historia del Restaurante y él de la mía, y según andábamos juntos, nos integrábamos más cada vez, y nos deshacíamos de banalidades, despojándonos de lo que no era necesario e imprescindible y quedándonos con lo esencial; hablo tanto a nivel cocina como sala, buscábamos la claridad. No obedece ello a la tendencia del minimalismo, tan en boga, sino más bien yo diría sencillez; sencillez que me ilusiona y a veces me aterra, o más bien me asusta el que no se entienda; sencillez y simplicidad no es lo mismo, esencialismo y como en la definición de mi página, estilismo, eso si es la línea a seguir; Maite, Alfredo, Marcelo, Josiño...a todos ellos tengo que agradecer su compañía en este viaje, a mis Padres, a mis Hermanos, a José, a Lourdes... al fin y al cabo también nos debemos a nuestro entorno, el paisaje, la despensa y el hombre, ellos también comparten y forman nuestro universo particular, el cual vamos moldeando y a la vez nos moldea a nosotros mismos”.

Y como lo prometido es deuda, aquí os dejamos el análisis que los integrantes de Grupo Nove presentan sobre las nuevas tendencias enológico - gastronómicas la vanguardia culinaria internacional.