José Ramón Chapas y Gerardo Romarís, vecinos de Negreira logran cultivar un girasol que ya supera los cinco metros de altura y los doce centímetros de diámetro al ser regado con vino mencía.
Al no poseer acceso al regadío de la huerta, los dueños del espécimen optaron por nutrir a la planta con vino mencía. Los resultados saltan a la vista, logrando dotar a la “criatura” de una envergadura fuera de lo normal. Los supuestos padres agradecen la colaboración prestada por la Cafetería Bolero, sin la cual, el fenómeno no podría haberse realizado.
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