Foto:Rosa Veiga |
Mientras el Consello Regulador intenta recuperar la producción masiva de esta variedad para su comercialización a base de uva garnacha, la tradición secular de los tostados elaborados a base de godello, ha sabido pervivir en las viñas y bodegas de algunos particulares.
La tierra y la calidad de las uvas nos auguran unos futuros tostados de Valdeorras de gran calidad, equiparables a los Tokaji húngaros o los más cercanos Oportos portugueses. Todo ello refrendado por la calidad, tradición y fama que estos caldos tenían en el pasado en tierras Valdeorresas. Allá por 1900 ya recibieron notorio prestigio y gran aceptación en la Exposición Universal de París.
A día de hoy, el Consello Regulador de la Denominación de Origen Valdeorras, de mano de su dirección técnica, ha seleccionado la variedad garnacha como la adecuada y prolifera para la recuperación de estos caldos; aunque, el germen ha sido guardado con cuidado y mimo dentro de las bodegas de pocos particulares, que mantuvieron la tradición en la elaboración de estos valoradísimos brebajes con la variedad autóctona godello.
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